Contaminación Futura, Mig21 Editora

Hace unos meses, apenas comenzada la cuarentena por la pandemia del COVID-19, Víctor Raggio y yo tuvimos la idea de fundar una editorial especializada en ciencia ficción, fantasía, horror, weird y teoría ficción. Planeamos hacerlo en etapas, gradualmente, con una primera fase dedicada a la distribución gratuita de antologías de relatos editadas como e-books y otras, pensadas para un futuro a mediano plazo, en las que pasaríamos a la venta de los libros y, eventuialmente, a editarlos en papel.

Para el primer proyecto -la entrega inicial de una serie de antologías titulada Contaminación Futura- Víctor se encargó de reunir autores uruguayos y yo de contactar latinoamericanos.

En esta primera instancia decidimos favorecer el número de uruguayos y, además, presentarlos bajo la mayor variedad generacional posible. Así, Víctor dispuso un esquema basado en una historia posible de la ciencia ficción uruguaya dividida en "olas"*: la primera queda representada en nuestro libro por Wellington Gabriel Mainero, uno de los pioneros indiscutidos del género en nuestro país, cuyos cuentos fueron publicados en páginas de revistas ya míticas, como Nueva Dimensión y Cuásar, además de en la clásica antología Latinoamerica Fantástica, de la editorial Ultramar. La segunda ola cuenta con cuatro representantes: Tatiana Carsen, Pablo Dobrinin (a nuestro entender el mayor exponenente de la ficción especulativa/slipstream/fantasía en Uruguay) y yo, en lo que -de acuerdo a las fechas de nacimiento- representa tres zonas posibles de esa "generación" de escritores, aunque todos hicimos nuestras primeras publicaciones en la década de 1990 (Pablo y yo en Diaspar, la primera revista uruguaya de ciencia ficción y fantasía, Tatiana Carsen en las páginas digitales de Axxón). Además, se suma a los representantes de esta "segunda ola" de la ciencia ficción uruguaya Rosa JG Salas, que publica un relato del género por primera vez desde 1995. Rosa había aportado ese año a Diaspar el que entendemos como el primer cuento deliberada y conscientemente ciberpunk,
"rescatado" para este primer libro de Mig21 Editora. Finalmente, una última "ola"  queda representada por Ximena Molinari, que ha publicado sus relatos en antologías y revistas -entre ellas la reciente Ruido Blanco 7- y en dos libros editados junto a Ana Broggio.

Por mi parte, la selección de autores latinoamerianos se basó, simplemente, en mis gustos e intereses personales. Así, contacté a Laura Ponce, una de las tres o cuatro escritoras contemporáneas más importantes de la ciencia ficción, el weird y el horror argentinos (junto, diría rápidamente, a Teresa Mira y Mariana Enríquez), a Pablo Rumel, una figura clave de la narrativa under chilena (entregas posteriores de la serie contarán con textos de Ignacio Fritz, socio de Pablo en proyectos editoriales chilenos como Contracorriente y la más reciente Pan Editorial), y a dos autores más nuevos o emergentes llamados a convertirse en voces ineludibles de la ciencia ficción y el bizarro: Maielis González, de Cuba, y Hank T. Cohen (a.k.a. Camilo Ortega), de Colombia.

En el futuro inmediato publicaremos una selección de los mejores relatos de Pablo Dobrinin titulada El bosque que crece por las noches, un nuevo volumen de Contaminación Futura y, también, la primera entrega de una serie (aún sin nombre) dedicada a ofrecer una plataforma para escritores primerizos o incluso inéditos.

Para descargar Contaminación Futura vol.1, basta con seguir este enlace.



*Un poco más sobre las "olas". Esta periodización surge ante todo de un trabajo sobre historia del género en Uruguay que comencé el año pasado y que, si todo sale según lo planeado,  verá pronto sus primeras publicaciones bajo la forma de dos papers académicos. Una refinación posterior de la idea involucra a Víctor, con quien hemos conversado largamente sobre estos asuntos, y de sus investigaciones a lo largo y ancho de la vasta memoria de revistas del género disponibles en la red, en colecciones particulares y (todavía hoy) en librerías de viejo, surgieron no pocas precisiones a mi propuesta original. En líneas generales, a modo de mapa esquemático de nuestra periodización, la historia de la ciencia ficción uruguaya quedaría representada de la siguiente manera:


  1. Una primera etapa de precursores y escritores que no publicaron en revistas especializadas o bajo la opción de pensarse o presentarse como escritores de ciencia ficción, incluyendo a los pioneros del siglo XIX, a Horacio Quiroga, a Francisco Piria, etc.
  2. Una segunda etapa de ciencia ficción "propiamente dicha" dividida a su vez en:
  • Primera ola (1969-1989), inaugurada por la primera publicación de un cuento escrito por un uruguayo en una revista especializada en el género y culminada por la aparición de la primera revista uruguaya dedicada a la ciencia ficción. El cuento es "Primera necesidad", de Carlos María Federici, y la revista es Diaspar; los autores de esta etapa incluyen a Wellington Gabriel Mainero, Félix Obes Fleurquin, Mario Levrero, Tarik Carson y el ya mencionado Federici.
  • Segunda ola (1989-2003), inaugurada por la aparición de Diaspar (tras una breve prehistoria de fanzines como Trántor y revistas de comics under como Mediotanque y REM) y culminada con el segundo número de Dias Extraños, la última publicación dedicada al género (y a otros asuntos) presentada editorialmente como una revista. Los autores de esta etapa incluyen a Ana Solari, Roberto Bayeto, Tatiana Carsen, Claudio Pastrana, Héctor Álvarez, Pablo Dobrinin, Rosa JG Salas y Luis Beauxis, entre otros.
  • Tercera ola (2004-2013), inaugurada por la publicación de Guía para un universo, de Natalia Mardero, y culminada con la aparición del primer volumen de la antología periódica Ruido Blanco. Esta etapa está marcada por una postura menos "militante" en términos de género, o incluso más orientada hacia la pos-ciencia ficción. Entre sus autores se encuentran, por tanto, escritores que no hacen de la ciencia ficción una opción específica, presentándose como escritores que han incurrido o incurren en el género sin "pertenecer" a éste (sin convertirse en escritores de ciencia ficción, por así decirlo), así sea porque han publicado con igual empuje textos enmarcados en otros géneros. Es el caso de la ya mencionada Mardero, de Pedro Peña, Renzo Rosello y, quizás, de Leandro Delgado.
  • Cuarta ola (2013 hasta el presente). Inugurada por la publicación de la primera entrega de Ruido Blanco, esta etapa del género en Uruguay parece marcada por un gesto de apertura e inclusión ausente en las olas anteriores y, por tanto, de un abandono de cualquier gesto contracultural o under, al menos en términos de programas y políticas culturales y editoriales. Los autores incorporables a esta etapa son los editores de Ruido Blanco Mónica Marchesky y Álvaro Bonanata, más escritores recurrentes en las páginas de esa serie de antologías, como Álvaro Pandiani, Álvaro Aparicio, Ximena Molinari y Gonzalo Palermo.




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